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miércoles, 31 de agosto de 2011

ARRANCANDO

Después de un larguísimo parón estival, que no por largo menos merecido, va siendo hora de dejarse arropar por la cálida rutina, de agendas, reuniones, kilómetros, esa que me hace sentir vivo, esa misma de la que renegaré en breve (seguro que antes de navidad habrá algún post, en el que salga despotricando de mi forma de ganarme la vida y del mucho tiempo que me absorbe, pero eso será otra historia).


Lo cierto es que ya toca desperezarse, ponerse al día leyendo blogs amigos, tan abandonados por mi parte en sus razonamientos este verano, que para mí ha ido demasiado deprisa, muchas madrugadas, mucho humo, vapores etílicos, infinitas risas y aquello de la función reparadora del bienestar físico y mental de las vacaciones, que ya tendré que dejarlo, para las de navidad, si puede ser, que estas me han dejado hecho polvo, con sueño atrasado (supongo que habrá alguien que cuando lea esta parte se dará por aludida…por aquello de robar el sueño!!).


En fin!! Desde hace ya varios años, vengo poniendo en práctica la vuelta a la actividad de forma gradual, como método infalible para ahuyentar el síndrome post vacacional, así que no voy a extenderme mucho más en esta entrada. Para terminarla, si voy a dejar una cancioncita, por empezar como terminé antes del frenazo veraniego, y además el tema elegido es del mismo grupo, Pereza, aunque he de decir en mi descargo que la similitud entre el nombre del grupo y mi estado es pura coincidencia.

NOTA:la primera estrofa de la canción define perfectamente mi estado actual.



miércoles, 10 de agosto de 2011

MATAR AL CARTERO

Creo que a mitad de semana de este asfixiante mes de agosto, una cancioncita sentará bien, y además describe como me siento de una forma genial (dos días triste, dos días pedo)¡¡Qué grandes Rubén y Leiva!!





Llevo mucho tiempo fuera de mi
perdido y como si no tuviera alma
haciendo el perro por los bares
perdiendo el hilo
pidiendo a gritos un poco de calma

Nada me sale, o me sale mal
todo lo que hago no sirve para nada
pongo empeño y quiero hacerlo bien
pero al final todo se caga

Y nada es suficiente y no se por que
me falta algo y no se qué
tengo de todo dentro de un orden
pero en el fondo nada que importe

Nena, nena, nena, nena
no es por ti
es lo de siempre
no es nada nuevo

Cada vez mas solo y mas pellejo
dos dias tristes, dos dias pedo
no llegan cartas desde hace tiempo
creo que voy a matar al cartero

Y a tu lado perdí mi tiempo
lo volveria a perder de nuevo
para mi lo facil es odiarte
pero debo de estar haciendome viejo

Y nena, nena, nena, nena
no es por ti
lo que tuvimos
ya ni me acuerdo

Y cada vez mas solo y mas pellejo
dos dias tristes, dos dias pedo
no llegan cartas desde hace tiempo
creo que voy a matar al cartero

y yo bebiendo, fumando,
me voy elevando
perdiendome un rato
buscando algo
perdonandome el no volar
Porque bailando y soñando
vamos tirando

Y nena, nena, nena, nena
no es por ti
es lo de siempre
vamos tirando

Y cada vez mas solo y mas pellejo
mejor reirse, es lo mas serio
no llegan cartas desde hace tiempo
creo que voy a acabar...

cada vez más solo y más pellejo
dos dias tristes, dos dias pedo
no llegan cartas desde hace tiempo
creo que voy a matar al cartero

viernes, 5 de agosto de 2011

Paco un pringao como otro cualquiera

hoy por ser fin de semana os dejo un relato corto, la historia de Paco, un pringao como otro cualquiera
espero que os guste y buen fin de semana


Pí…pí,pí…pí…pí,pí…
Desde la penumbra que generan en el cuarto las rendijas de la persiana casi bajada del todo…

Una mano avanza por la mesita de noche, buscando al tacto el móvil para apagar la alarma del despertador, después de tres intentos lo consigue.

Paco se plantea ahora desde la calma y el silencio abrir los ojos, aún enrojecidos por el exceso de alcohol de la noche anterior, la lengua pastosa y un zumbido en los oídos que en principio creía consecuencia del desagradable sonido del despertador, le auguran una monumental resaca.

Pasados unos minutos se decide a encender la luz del cuarto, el fogonazo intermitente le ciega momentáneamente y la claridad le remueve el cerebro dentro de su cráneo igual que la arena dentro de unas maracas “salseras”.

Cuando consigue parar la noria en que se ha convertido su cama, observa con detenimiento el desangelado cuarto donde pasa sus solitarias noches, una cama coja, suplementada con una pila de libros viejos que ha modo de improvisada prótesis hace las veces de cultural pata.

El armario de dos puertas en el origen luce solo una actualmente y deja ver el desordenado contenido de la mitad del mismo, la mesita de noche, desconchada y con dos cajones a medio cerrar, por no tener tiradores, por donde asoman calcetines y calzoncillos de los que no se alcanza a distinguir si son limpios o no del todo, conforman todo el mobiliario de la pieza.

Una botella de ron (de esas del mercadona) bastante menos de media yace en el suelo cerca de la cama.

La puerta del cuarto por su parte interior muestra varios agujeros y hendiduras fruto de los puñetazos y cabezazos propinados por Paco a la misma en las noches de delirios y euforias etílicas.

Nada más poner el pié en el suelo, Paco percibe como una masa viscosa y maloliente se adhiere entre los dedos de su pié que para más desgracia es el izquierdo (hoy no será un buen día) con gesto cansado baja la mirada hasta el suelo y constata el hecho de que la masa que pisa son los restos de la hamburguesa que cenó anoche y que vomitó posteriormente al acostarse, una arcada le pellizca el abdomen y la garganta y corre al baño para tratar de vomitar en el wáter o en el lavabo, no lo consigue y desparrama el resultado de la arcada en el angosto pasillo manchando el suelo y buena parte de las paredes.



Como puede, sorteando las salpicaduras del líquido de color indescriptible, llega al baño y abre el grifo del lavabo, renegrecido como el de un viejo taller mecánico. Con ayuda de las manos bebe agua y se enjuaga la boca que ya para entonces le escuece de la acidez producida por la mezcla de jugos gástricos y alcohol rancio a medio fermentar.

Arrastra sus pasos hasta la cocina, mira la cafetera, que por suerte está más o menos llena de un liquido marrón con una preocupante “telilla” irisada, que lo cubre, después de olerlo varias veces, lo identifica como café y aunque se esfuerza es incapaz de recordar desde que fecha está preparado en la cafetera.

Entre un montón de platos y vasos sucios que ocupan todo el fregadero y buena parte de la encimera, encuentra una taza que no está demasiado mal. Decide utilizarla para el desayuno.

Rebusca entre los cajones de la cocina y saca una aspirina C efervescente y la echa al café, tiene que poner freno a esta monumental resaca, como sea, piensa y en voz alta se dice a sí mismo: “Paco, Paco, a lo que tienes que poner freno, es a esta mierda de vida que llevas” Bebiéndose de un solo trago la espumosa mezcla de incalificable sabor, sale de la cocina.

De camino al cuarto de baño pasa ahora con algo más de lucidez por delante del cuarto de los niños, desierto desde que Raquel se largó y aquella jueza le impuso la orden de alejamiento, por ese estúpido arranque de celos, que le dio el día de la comida de navidad en la empresa, después de llevar ya dos años divorciados,¡¡ que lejos quedan ya los días de la custodia compartida, de los muebles de IKEA montados para los niños, con más ilusión que pericia!!, desde que la señora jueza lo catalogó en la sentencia como un alcohólico violento que necesitaba rehabilitación, desde entonces, solo suena en su cabeza “SI PUDIERA” de Los Suaves, como banda sonora de su vida.

Mira el reloj y constata el hecho de que si no quiere llegar tarde al trabajo, y no está el horno para bollos en el curro últimamente, se irá sin afeitar y menos aún sin duchar.

Un trago de colutorio mientras echa una meada, será toda la higiene personal que se permita hoy.

Tanteando, busca los calcetines debajo de la cama procurando mover la cabeza lo menos posible.

Se mete los pantalones en una pierna y al ir a meter la otra, su maltrecho sentido del equilibrio esta mañana hace el resto haciéndolo caer por el pasillo, entre juramentos en arameo, se percata de que el cigarro que colgaba de su labio, esperando pacientemente su turno para ser encendido cuando encontrase el mechero se ha partido con la caída, ya no sabe si reír o llorar por ser tan patético.

Sale al rellano y se cruza con el vecino del “C” que huele a Barón Dandi en exceso, lo que le provoca una nueva arcada y decide buscar la escapada hacia la calle a través de la escalera, aunque viva en un 7º. Siempre será mejor eso que manchar el traje del señor Pérez, tan buen padre, tan buen marido, tan buen y puntual trabajador, tan, tan, tan gordo y tan capullo, con una monumental vomitona.

Una vez alcanzada la calle la marea humana lo desorienta, más aún si cabe, se adecenta la corbata que se aflojó antes de llegar al tercer piso buscando algo de oxigeno extra en sus pulmones y como medio de contención de una incipiente sudoración que comenzaba ya a perlar su pecho y su espalda.

Busca en el bolsillo de la chaqueta sus gafas de sol y después de tantear todos los bolsillos, en un alarde de agilidad mental sin precedentes para esta mañana, recuerda que se las regaló ayer a la petarda con la que se tomó las seis primeras copas de la noche en aquel antro de mala muerte, con luces rojas y bachata como música de fondo.

Nuevamente maldice su suerte y agacha la cabeza, para protegerse del sol haciendo así más visible su incipiente calvicie, cuestión esta que le desespera, borracho, sí, coqueto también, que lo cortés no quita lo valiente.

Unos minutos antes de llegar a la boca de metro se siente desfallecer, casi de manera automática saca un sobre de azúcar y comienza a masticarlo con la boca completamente seca y pastosa, mastica con avidez, repitiéndose mil veces, ¡¡ hazlo por los críos, por los críos, sigue!!

Después de varios trasbordos, innumerables empujones y unos segundos de roceteo preocupante de una vieja con su bragueta llega a la oficina, con los ojos rojos, con ojeras, barba de dos días y la corbata manchada de una mezcla pegajosa de saliva y azúcar.

Dice buenos días entre dientes, ya que hasta a él mismo le sorprende la pestilencia de su propio aliento.

Se sienta, enciende el ordenador y busca con desesperación los chicles que juraría tener en el cubículo sin techo que le hace las veces de despacho, la melancolía le invade cada vez que ve los cubiletes de sus compañeros, llenos de fotos y dibujitos de sus hijos, el suyo más bien recuerda a Nueva Orleans después del paso del Catrina, papeles desordenados y facturas amontonadas pendientes de mecanizar.

Como cada mañana un primer vistazo a la bandeja de entrada del correo corporativo, después ya habrá tiempo de leer la prensa deportiva on line, el resto de las noticias hace ya demasiado tiempo que no le interesan.

El primer correo de la bandeja, es una citación para acudir al departamento de Recursos Humanos a las 11:00 y Paco piensa: ¡¡Coño que suerte la mía, precisamente hoy que vengo como vengo!!
El señor Romero director de Recursos Humanos piensa que daría igual el día que eligiesen, lleva más de seis meses “viniendo como viene” a diario.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Vacaciones?? si... ya... seguro!!

Hoy hace un año y dos días que decidí abrir esta ventana al mundo, creyendo que nadie repararía en ella, para de un modo interesado vomitar la frustración que me producía el hecho de tener que ir a negociar un expediente de extinción de contratos, el primer día de vacaciones, y no por estar de vacaciones, sino por qué esa reunión suponía la pérdida de empleos y con ellos de esperanza para muchos padres de familia, de aquello hace un año, en este transcurso de tiempo ha habido otros muchos expedientes, pero no solo eso. Un año da mucho de sí, en este año he reído, he celebrado, he llorado y he descubierto que aún estando lejos me habéis hecho sentir arropado en todo momento con vuestros comentarios.


Bodas, bautizos, comuniones, entierros y separaciones, todo lo he vomitado en estas páginas en blanco, que han soportado con estoicismo digno de mención mis neuras, mis rayadas, mis bajones y mis ataques de euforia(los menos la verdad).
Este año, la historia se repite y el primer día de vacaciones lo dedico a recabar información sobre un accidente de trabajo mortal que ocurrió el sábado de noche en una fabricucha de la provincia, pero eso no es noticia, no sale en el telediario, ¿Cuánta gente pierde la vida en el trabajo a diario, o por consecuencia de él, en forma de enfermedades que derivan en muerte? Seguro que casi todo el mundo sabe cuántos muertos hubo en el atentado de Oslo, o conocen las últimas escaramuzas de la insurgencia suní (o como coño se escriba), o saben que este año van 34 víctimas de violencia de género? Pero claro eso es terrorismo, es violencia ¿ y lo otro? ¿No podemos definir lo otro como terrorismo industrial?¿ No podemos darle el apelativo de violencia empresarial?... en fin!!(mejor lo dejo en este punto…que me caliento)


La vida, para los demás sigue, ni mejor, ni peor, diferente.




Yo, más solo, más viejo, infinitamente más cansado, (aunque con el aliento que supone cada uno de vuestros comentarios) tratando de escribir en un cuarto pequeño en el que duermo desde hace un tiempo, pero que no reconozco como mío, leyendo con avidez libros prestados y llenando las noches y los días de verano de cervezas y risas, para enterrar llantos y frustraciones, pensando en lo mucho que añoro el invierno y el ritmo de vida cuando no hay vacaciones y se tiene menos tiempo para pensar, para divagar.


¡¡DIOS QUE GANAS DE FRIO EN LA CARA YA!!

y ahora surge la gran pregunta de mi vida...¿esto, es tóó, esto es tóó, esto es todo amigos? la verdad no lo creo, mienttras pueda seguir contanto con todos vosotros