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viernes, 5 de agosto de 2011

Paco un pringao como otro cualquiera

hoy por ser fin de semana os dejo un relato corto, la historia de Paco, un pringao como otro cualquiera
espero que os guste y buen fin de semana


Pí…pí,pí…pí…pí,pí…
Desde la penumbra que generan en el cuarto las rendijas de la persiana casi bajada del todo…

Una mano avanza por la mesita de noche, buscando al tacto el móvil para apagar la alarma del despertador, después de tres intentos lo consigue.

Paco se plantea ahora desde la calma y el silencio abrir los ojos, aún enrojecidos por el exceso de alcohol de la noche anterior, la lengua pastosa y un zumbido en los oídos que en principio creía consecuencia del desagradable sonido del despertador, le auguran una monumental resaca.

Pasados unos minutos se decide a encender la luz del cuarto, el fogonazo intermitente le ciega momentáneamente y la claridad le remueve el cerebro dentro de su cráneo igual que la arena dentro de unas maracas “salseras”.

Cuando consigue parar la noria en que se ha convertido su cama, observa con detenimiento el desangelado cuarto donde pasa sus solitarias noches, una cama coja, suplementada con una pila de libros viejos que ha modo de improvisada prótesis hace las veces de cultural pata.

El armario de dos puertas en el origen luce solo una actualmente y deja ver el desordenado contenido de la mitad del mismo, la mesita de noche, desconchada y con dos cajones a medio cerrar, por no tener tiradores, por donde asoman calcetines y calzoncillos de los que no se alcanza a distinguir si son limpios o no del todo, conforman todo el mobiliario de la pieza.

Una botella de ron (de esas del mercadona) bastante menos de media yace en el suelo cerca de la cama.

La puerta del cuarto por su parte interior muestra varios agujeros y hendiduras fruto de los puñetazos y cabezazos propinados por Paco a la misma en las noches de delirios y euforias etílicas.

Nada más poner el pié en el suelo, Paco percibe como una masa viscosa y maloliente se adhiere entre los dedos de su pié que para más desgracia es el izquierdo (hoy no será un buen día) con gesto cansado baja la mirada hasta el suelo y constata el hecho de que la masa que pisa son los restos de la hamburguesa que cenó anoche y que vomitó posteriormente al acostarse, una arcada le pellizca el abdomen y la garganta y corre al baño para tratar de vomitar en el wáter o en el lavabo, no lo consigue y desparrama el resultado de la arcada en el angosto pasillo manchando el suelo y buena parte de las paredes.



Como puede, sorteando las salpicaduras del líquido de color indescriptible, llega al baño y abre el grifo del lavabo, renegrecido como el de un viejo taller mecánico. Con ayuda de las manos bebe agua y se enjuaga la boca que ya para entonces le escuece de la acidez producida por la mezcla de jugos gástricos y alcohol rancio a medio fermentar.

Arrastra sus pasos hasta la cocina, mira la cafetera, que por suerte está más o menos llena de un liquido marrón con una preocupante “telilla” irisada, que lo cubre, después de olerlo varias veces, lo identifica como café y aunque se esfuerza es incapaz de recordar desde que fecha está preparado en la cafetera.

Entre un montón de platos y vasos sucios que ocupan todo el fregadero y buena parte de la encimera, encuentra una taza que no está demasiado mal. Decide utilizarla para el desayuno.

Rebusca entre los cajones de la cocina y saca una aspirina C efervescente y la echa al café, tiene que poner freno a esta monumental resaca, como sea, piensa y en voz alta se dice a sí mismo: “Paco, Paco, a lo que tienes que poner freno, es a esta mierda de vida que llevas” Bebiéndose de un solo trago la espumosa mezcla de incalificable sabor, sale de la cocina.

De camino al cuarto de baño pasa ahora con algo más de lucidez por delante del cuarto de los niños, desierto desde que Raquel se largó y aquella jueza le impuso la orden de alejamiento, por ese estúpido arranque de celos, que le dio el día de la comida de navidad en la empresa, después de llevar ya dos años divorciados,¡¡ que lejos quedan ya los días de la custodia compartida, de los muebles de IKEA montados para los niños, con más ilusión que pericia!!, desde que la señora jueza lo catalogó en la sentencia como un alcohólico violento que necesitaba rehabilitación, desde entonces, solo suena en su cabeza “SI PUDIERA” de Los Suaves, como banda sonora de su vida.

Mira el reloj y constata el hecho de que si no quiere llegar tarde al trabajo, y no está el horno para bollos en el curro últimamente, se irá sin afeitar y menos aún sin duchar.

Un trago de colutorio mientras echa una meada, será toda la higiene personal que se permita hoy.

Tanteando, busca los calcetines debajo de la cama procurando mover la cabeza lo menos posible.

Se mete los pantalones en una pierna y al ir a meter la otra, su maltrecho sentido del equilibrio esta mañana hace el resto haciéndolo caer por el pasillo, entre juramentos en arameo, se percata de que el cigarro que colgaba de su labio, esperando pacientemente su turno para ser encendido cuando encontrase el mechero se ha partido con la caída, ya no sabe si reír o llorar por ser tan patético.

Sale al rellano y se cruza con el vecino del “C” que huele a Barón Dandi en exceso, lo que le provoca una nueva arcada y decide buscar la escapada hacia la calle a través de la escalera, aunque viva en un 7º. Siempre será mejor eso que manchar el traje del señor Pérez, tan buen padre, tan buen marido, tan buen y puntual trabajador, tan, tan, tan gordo y tan capullo, con una monumental vomitona.

Una vez alcanzada la calle la marea humana lo desorienta, más aún si cabe, se adecenta la corbata que se aflojó antes de llegar al tercer piso buscando algo de oxigeno extra en sus pulmones y como medio de contención de una incipiente sudoración que comenzaba ya a perlar su pecho y su espalda.

Busca en el bolsillo de la chaqueta sus gafas de sol y después de tantear todos los bolsillos, en un alarde de agilidad mental sin precedentes para esta mañana, recuerda que se las regaló ayer a la petarda con la que se tomó las seis primeras copas de la noche en aquel antro de mala muerte, con luces rojas y bachata como música de fondo.

Nuevamente maldice su suerte y agacha la cabeza, para protegerse del sol haciendo así más visible su incipiente calvicie, cuestión esta que le desespera, borracho, sí, coqueto también, que lo cortés no quita lo valiente.

Unos minutos antes de llegar a la boca de metro se siente desfallecer, casi de manera automática saca un sobre de azúcar y comienza a masticarlo con la boca completamente seca y pastosa, mastica con avidez, repitiéndose mil veces, ¡¡ hazlo por los críos, por los críos, sigue!!

Después de varios trasbordos, innumerables empujones y unos segundos de roceteo preocupante de una vieja con su bragueta llega a la oficina, con los ojos rojos, con ojeras, barba de dos días y la corbata manchada de una mezcla pegajosa de saliva y azúcar.

Dice buenos días entre dientes, ya que hasta a él mismo le sorprende la pestilencia de su propio aliento.

Se sienta, enciende el ordenador y busca con desesperación los chicles que juraría tener en el cubículo sin techo que le hace las veces de despacho, la melancolía le invade cada vez que ve los cubiletes de sus compañeros, llenos de fotos y dibujitos de sus hijos, el suyo más bien recuerda a Nueva Orleans después del paso del Catrina, papeles desordenados y facturas amontonadas pendientes de mecanizar.

Como cada mañana un primer vistazo a la bandeja de entrada del correo corporativo, después ya habrá tiempo de leer la prensa deportiva on line, el resto de las noticias hace ya demasiado tiempo que no le interesan.

El primer correo de la bandeja, es una citación para acudir al departamento de Recursos Humanos a las 11:00 y Paco piensa: ¡¡Coño que suerte la mía, precisamente hoy que vengo como vengo!!
El señor Romero director de Recursos Humanos piensa que daría igual el día que eligiesen, lleva más de seis meses “viniendo como viene” a diario.

16 comentarios:

leamsi dijo...

puff es un pelín largo, lo sé y lo siento!!

Caos dijo...

No es largo, está bien así.

:)

leamsi dijo...

jajaja ser conciso no es lo mío Mary, me pierdo en los detalles!!
ainsss!!!
besazo

Ana dijo...

me gustan los detalles, hacen que te metas aún más en la lectura.

El relato me gusta, pero jo, siempre escribes cosas tristes eh, algo más de ánimo!!

besos

leamsi dijo...

gracias Srta. Pepinillo, en cuanto a lo de los relatos tristes será porque estoy acostumbrado a perder y me siento como en cas en esos ambientes!!
besos

Anónimo dijo...

¿Quién no quiso alguna vez algo que no pudo tener?

leamsi dijo...

o como dice otro verso de la canción, "billetes para el tren y otra oportunidad"
salu2 para anónimo (conocedor de las canciones de los suaves por lo que veo)

Aina Rotger Vives dijo...

Espero que Paco sea sólo fruto de tu imaginación.

leamsi dijo...

jaajaja sí, sí Aina, por suerte es solo eso fruto de una mente calenturienta como la mía!!
PD: soy un pringao, pero no tanto, jajajaja
besazo guapa!!

Pilar Abalorios dijo...

Que ganas de meterlo de cabeza en una ducha bien fría y hacer limpieza por dentro y por fuera, en él, en su casa, en su vida, ¿dónde se perdieron l@s amig@s?

Un beso

leamsi dijo...

Pilar, otro verso de una canción también de Los Suaves dice:

"Todos me han abandonado
todos menos mis amigos...
como me van a dejar
si nunca los he tenido"

esa es la clave para estar tan solo!!!
besos

. dijo...

Paco está a un paso de coger impulso, un poco más al fondo y engaaa... arriba.

Idoia Laurenz dijo...

Ay qué futuro tan jodido que se le ve venir a Paco.
Bess

Caos dijo...

Piérdete, piérdete...si a mí también me encantan...

:P

rocbel dijo...

Para escribir sólo hay que tener algo que decir....y tú, Ismael, tienes ese "Don"!!!!
Seguro que hay muchos "Pacos" por ahi sueltos, pero tu no eres uno de ellos!!!

Un beso.

Anónimo dijo...

Paco es real ? es quien ves frente al espejo o solo en tu cabeza ? :O
Ay ojitos ayyy!