Hay pocas sensaciones comparables a la de entrar en el dormitorio a despertar a la mujer que amas porque tu te has levantado temprano para hacer algo y la has dejado dormir hasta muy tarde.
Cuando abres la puerta del dormitorio despacio para no hacer ruido y pasas de la claridad del pasillo a la penumbra del cuarto, ese instante en que tus ojos se quedan ciegos mientras tus pupilas se adaptan a la nueva luz y buscas casi a tientas su cuerpo en la cama tratando de no rozarla demasiado, con todo tu cuerpo tenso como la cuerda de una guitarra, es entonces cuando te retiras un poco y desde esa pequeña distancia te pones a escuchar su respiración profunda tranquila y cadenciosa y a ver subir y bajar su pecho al compás de su respiración, dejando que te invada esa sensación de paz y tranquilidad que trasmite y te relajas de la tensión del momento de la llegada hasta la cama.Luego con una media sonrisa dibujada en la cara, me acerco a su boca y mis labios la rozan, ella da un pequeño gruñido y se da la vuelta respirando profundamente y apretando los ojos para no abandonar aún los brazos de Morfeo.
La vuelvo a besar y ese es el momento mágico del día en el que ella sin abrir todavía los ojos, abre los brazos y perezosa me invita al abrazo, yo me tiro en la cama para abrazarla y ella me aprieta contra su pecho y segundos después comienza a hacerme cosquillas, riendo y jugando.
Si todos los días comenzasen así, si todos los hombres y mujeres del mundo pudieran comenzar así su jornada los 365 días del año, estoy seguro de que el mundo sería un lugar mejor, pero como la realidad es otra, yo me quedo con mis momentos mágicos...¡cuando puedo tenerlos!!
1 comentario:
Hay pocas sensaciones comparables a la de quedarte en la cama haciéndote la dormida y sentir como tu pareja, tu amada pareja, que se levantó temprano para hacer no sé sabe qué, vuelve a tu lado, despierto, consciente, sigiloso, vigilante, observador y... amoroso. Y por supuesto, tú le correspondes haciéndote la dormida y jugando a gruñir mientras buscas esos brazos donde cobijarte..
Estoy segurísima que si toda la humanidad viviera esta sencilla manera de despertar, el sol brillaría mucho más.
Un abrazo "bloguero"
Publicar un comentario